Tendemos a cometer el error de ahorrar con el dinero que nos sobra a final de mes. Un planteamiento equivocado por dos razones. Primero, porque seguramente en más de una ocasión no nos quedará nada para meter en la hucha; segundo, porque la mayoría de las veces encontraremos una excusa para utilizar ese remanente para otro final distinto al ahorro.
Ahora bien, si lo hacemos, al contrario, a principios de mes, justo cuando nos han ingresado la nómina, no solo conseguiremos que la cuantía sea más o menos fija, sino que ese gesto convertirá el ahorro en un hábito, en algo sistemático.
Eso sí, hay que disciplinarse, tener constancia y voluntad para ello. Aptitudes que son más fáciles de mantener si damos un paso más y convertimos el ahorro en un recibo más al mes, como el de la luz, el del teléfono o el del agua. Y la mejor fórmula para obligarnos es domiciliando una inversión, por ejemplo, un plan de pensiones o un fondo de inversión. De este modo, ahorraremos de una forma sencilla, sin esfuerzo y sin darnos casi ni cuenta.
Es importante interiorizar este método de ahorro sistemático lo antes posible, y aplicarlo durante todo el ciclo del ahorro, para que podamos afrontar sin agobio los retos económicos que nos surgirán a lo largo de la vida. El principal, el de la jubilación. Este objetivo de ahorro tiene que estar presente desde una edad temprana, ya que cuanto más tiempo tengamos para ahorrar, menor será el sacrificio económicoque hay que hacer. Así que, cuanto antes generemos el hábito del ahorro, el horizonte temporal será mayor y, por ende, las posibilidades de generar el ahorro suficiente aumentan, ya que el largo plazo juega a favor de las inversiones.
Veamos cómo influye el hábito del ahorro según la edad que tengamos:
EDAD UNIVERSITARIAHasta incorporarnos al mundo laboral, la capacidad de ahorro es reducida. No por una cuestión económica, sino por una cuestión de mentalidad. Nuestros progenitores nos dan una paga para financiar nuestro ocio y no reparamos en destinar una parte, por pequeña que sea, al ahorro para un coche o, incluso, para un viaje con los amigos. Por ello, es importante trabajar durante la adolescencia en la educación financiera de los hijos, para inculcar y generar el hábito del ahorro, para que sean conscientes de la importancia de ahorrar para alcanzar grandes metas. En esta etapa, por lo general, el horizonte temporal es corto.
PRIMER EMPLEOSi desde la primera nómina nos habituásemos a destinar un porcentaje a la jubilación, jamás tendríamos que preocuparnos en saber si tendremos el dinero suficiente para mantener el nivel de vida deseado cuando lleguemos a la edad del retiro. En Reino Unido, por ejemplo, todo trabajador a partir de los 22 años que gane como mínimo 22.000 libras, que vendrían a ser unos 25.000 euros al cambio actual, tiene por defecto su nómina vinculada a un plan de pensiones. Pero además del largo plazo, en esta etapa hay que pensar en un horizonte temporal a medio plazo, el de la vivienda y la creación de una familia.
ÉPOCA DE GASTOSYa tenemos hijos, vivienda e, incluso, un nuevo coche. Es, por tanto, una etapa de muchos gastos, en la que ahorrar no es tarea sencilla. Nuestra próxima meta son los estudios de nuestros vástagos, no tanto en la edad escolar como en la universitaria, que requiere mayor esfuerzo económico. Momento en el que, además, vemos la jubilación como algo no tan lejano, y si no tenemos el método del ahorro sistemático interiorizado, nos será más complicado alcanzar ambas metas.
ESTABILIDAD FINANCIERADisfrutamos del clímax profesional, de un buen sueldo y de estabilidad financiera. Aprovechemos esta situación para darle un empujón a nuestro ahorro para el retiro.
FIN DE LA HIPOTECALos gastos se reducen de forma considerable al llegar a su fin la hipoteca. Además, los hijos se independizan o están próximos a hacerlo, por lo que su manutención también disminuye. En consecuencia, la capacidad de ahorro es mayor, pero también es mayor el deseo de tranquilidad. El retiro está próximo y es el momento de conservar el ahorro.
EDAD DORADASi aplicó el método del ahorro sistemático podrá disfrutar de su retiro sin tener ninguna preocupación económica. Se lo merece.