Hay que tener en cuenta que no es lo mismo residuo que basura. Un residuo es algo aprovechable, por ejemplo para abonar las plantas, dar de comer a los animales, etc.
En cambio, se considera basura aquel residuo que no puede ser reaprovechado.
Así pues, aunque la traducción del movimiento zero waste suele ser cero residuos, debería ser cero basura.
Dejar de generar residuos es imposible, ya que no tienes que dejar de consumir melocotones para no quedarte con sus huesos, pero sí que puedes reaprovecharlos (plantándolos, generando biomasa…).
Lo que sí que debes evitar es la basura.
En este artículo te hablaremos un poco más sobre el interesante movimiento zero waste y de qué forma puedes iniciarte en él.
Origen del movimiento zero waste
La primera vez que se habló de zero waste fue en California durante los años 70, cuando el químico Paul Palmer creó la compañía Zero Waste Systems Inc. (ZWS).Su principal objetivo era buscar nuevas utilidades para los residuos, que en algunos casos terminaban siendo revendidos a mitad de precio cuando en un principio iban a ser desechados.
Por ejemplo, recolectaban el aceite desechado por las industrias dedicadas a la imprenta, lo filtraban y lo revendían a la industria petrolera.
Esa idea de cero basura se ha ido extendiendo y hoy en día ha cruzado la puerta de muchos hogares.
Algunos de los seguidores del movimiento zero waste animan al resto de la población a seguir con su ejemplo.
Es el caso de Lauren Singer, una joven que vive en Nueva York y que a través de su blog Trash is for Tossers explica cómo su basura de 4 años cabe en un bote de cristal, o Bea Johnson, una madre californiana que da conferencias por todo el mundo.
Las 5 R del movimiento zero waste
Seguramente hayas oído hablar de las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) muchas veces, pero el movimiento zero waste incluye dos R más, una al principio y otra al final:– Rechazar. Evitar comprar aquello que no es necesario y que no es fácil de reciclar.
– Reducir. Hay que tener solo aquello que sea de calidad y sostenible. Cuanto menos tengamos, menos basura se generará.
– Reutilizar. No generar residuos, cambiando los desechables por alternativas reutilizables y comprar de segunda mano.
– Reciclar. Dar una nueva vida a todo aquello que no se puede rechazar, reducir o reutilizar.
– Rot (Descomponer). Realizar compost de todos los residuos orgánicos para plantar nuevos alimentos, por ejemplo en huertos urbanos.
¿Cómo empezar en el movimiento zero waste?
Pasar a la práctica no siempre es sencillo y menos cuando estamos tan acostumbrados a generar basura sin darnos cuenta.También te costará encontrar tiendas que vendan productos sin envases, pero es posible.
A partir de ahora, da preferencia a los envases de vidrio.
Por ejemplo, a la hora de comprar lleva tus propios recipientes y haz la compra a granel.
También puedes optar por plásticos reutilizables, como los de las botellas Squeasy, que pueden ser rellenadas todas las veces que se quiera y pesan menos que el cristal.
Los artículos de higiene es preferible que tengan forma de pastilla (champú, jabón de manos…) y puedes aprender a hacer tu propia pasta de dientes o crema hidratante.
Siempre habrá objetos desechables que serán difíciles de encajar en algunas de las 5 erres, aunque eso no quiere decir que sea imposible.
Por ejemplo, las expertas en zero waste aconsejan que las cuchillas para afeitarse o depilarse sean devueltas por correo al fabricante.
Te animamos a que pongas toda tu basura en un bote de cristal transparente para que seas consciente de si estás siguiendo correctamente el movimiento zero waste.
Poco a poco irás reduciendo tu basura hasta llegar a cero.